miércoles, noviembre 26, 2008

CAMILO MARKS

GRANDES CUENTOS CHILENOS DEL SIGLO XX
(ensayo)


Cuando en el año 2002 se publicó Grandes Cuentos Chilenos del Siglo XX, el libro tuvo una sorprendente e inusitada acogida por parte del público, así como una generalizada celebración de la crítica. Chile es conocido por ser un país de grandes poetas y, en buena medida, posee además una tradición de destacados novelistas. Pero el cuento, esa forma tan difícil, donde a veces es casi imposible alcanzar, si no la perfección, al menos una semblanza de plenitud, se solía considerar pobre dentro de la realidad cultural del último rincón del mundo. En términos literarios, estilísticos o en lo relativo a la síntesis, la historia, la razón de ser de un universo propio, cerrado o abierto, el género breve, probablemente uno de los más engañosos por lo arduo y complejo en su escritura, parecía flojo, desganado, poco atractivo en comparación con las joyas semejantes producidas donde se habla y se escribe en español.
Sin embargo, el éxito de esta antología demostró que la percepción anterior era por completo equivocada. Todos los relatos aquí reunidos son de enorme valor, notables, en ocasiones brillantes. Es decir, esa manifestación artística que se miraba en menos y, hasta cierto punto, era objeto de subvaloración, devino tanto o más merecedora de aprecio que el gran friso novelístico o la lírica. No obstante, es preciso hacer una salvedad: entre las veintisiete obras de pequeña a mediana extensión seleccionadas aquí, y con la excepción de cuatro autores que solo han escrito piezas cortas, el resto ha tenido una carrera centrada en ambiciosas novelas, en estudios históricos, en la poesía o la crítica literaria. En esa mayoría de prosistas chilenos, parecería que escribir cuentos ha sido una suerte de descanso o distracción mientras preparaban ficciones de mayor envergadura, quizá un juego diversionista, tal vez un modo de escapar del agobio que supone edificar extensas, diversificadas narraciones. Por lo tanto, Chile no es, por lo habitual, un país de cuentistas, sino de literatos que construyen circunstanciales textos “menores”, que son, muchas veces, títulos excepcionales.
La presente colección también disipó, de una plumada, una serie de arraigados prejuicios en torno a la literatura chilena. El más común de ellos consiste en creer que la narrativa fue, hasta 1950, un reflejo de la vida en el campo, que tradujo una contradicción entre lo urbano y lo rural o, por último, presentó casi siempre costumbres agrarias de personas que pululaban al interior del latifundio, ese perverso ejercicio de la propiedad que dominó a la nación durante siglos. Dentro de la vasta multiplicidad temática que exhibe Grandes Cuentos Chilenos del Siglo XX, hay muy pocas crónicas que se refieren a esos contornos de la convivencia humana. Por el contrario, el cuento nativo es cosmopolita, diverso, impredecible, ciudadano, moderno, fantástico, alejado totalmente de cualquier concepción estrecha o maniquea del realismo y su secuela, el naturalismo.
Resulta en extremo laborioso encontrar rasgos comunes en la intensa heterogeneidad de este volumen. Con todo, pueden esbozarse ciertas obsesiones, algunas tendencias en las historias escogidas: la desintegración familiar, la soledad, sobre todo de la mujer o de los grupos minoritarios, los antagonismos entre padres e hijos, las explosivas y sordas luchas de poder que afectan a grupos dominantes y dominados, el combate por la afirmación de la personalidad, el despertar de la adolescencia –hay una considerable cantidad de tramas en que los protagonistas son niños o jóvenes-, el sinsentido en el destino del hombre contemporáneo, enclaustrado en un medio represivo, gazmoño, sumamente estratificado. Se ha dicho que la sociedad chilena es la más conservadora e hipócrita del continente americano y muchas tramas de esta compilación lo comprueban de manera fehaciente. Es muy paradójica, asimismo, otra característica frecuente en las ficciones de este compendio: la ausencia de un hilo conductor, la virtual imposibilidad de clasificar a los autores en vertientes, escuelas, grupos determinados.
Durante muchos años, la literatura chilena se enseñó de acuerdo al método de las “generaciones”: los mundonovistas, la generación del 30, la del 50, la de la nueva narrativa, etcétera. Por fortuna, esa peculiaridad pedagógica se bate en retirada y si bien es imposible dejar de mencionar a tal o cual período, cada escritor o escritora que figura aquí representa un caso individual, a ratos único, y cada cuento que el lector tendrá ante sí es singular, inclasificable, diferente al que le precede o le sigue. Riqueza argumental, diversidad, amplitud temática son algunos de los aspectos cruciales de Grandes Cuentos Chilenos del Siglo XX.
El período cubierto por el libro comienza en 1904 y finaliza en 1999, o sea, abarca en su integridad al siglo pasado. Sin que el autor de esta crestomatía se lo propusiera, la mayor parte de los relatos de ella fueron publicados después de 1950; aun así, hay una importante muestra de obras escritas mucho antes de esa fecha. La dictadura militar de 1973-1990, que produjo horrendas consecuencias sociales, políticas y económicas, inevitablemente afectó al ámbito artístico y cultural del país. En verdad, se han escrito escasos textos de valor literario que aludan a esa siniestra y terrible época, sin duda la peor desde que Chile se independizó de España en 1810. Es probable que la división permanente e irreconciliable que el sangriento golpe de estado de 1973 generó en la sociedad chilena –que todavía persiste y, con seguridad, continuará perviviendo por varias generaciones más-, haya sido la causa de efectos que demorarán mucho en disiparse de la conciencia nacional y, en concreto, en el terreno de la literatura. Así y todo, en Grandes Cuentos Chilenos del Siglo XX hay una muestra significativa de autores que se dieron a conocer a lo largo de la transición democrática iniciada en 1990. La elección de tales creadores fue la tarea más complicada en el proceso de preparar esta antología. Como sabemos, los escritores clásicos se miden en períodos que van de los cincuenta a los cien años. Empero, se quiso hacer una apuesta por el futuro de estos prosistas de la postdictadura o, cuando menos, de sus relatos seleccionados en este variopinto ejemplar.
Debido a que el autor de este volumen ejerce la crítica literaria y con el fin de evitar falsas apreciaciones, se optó por el orden alfabético de los autores en la ordenación de los cuentos, evitando así toda posibilidad de suponer que existen preferencias o precedencias en la confección de Grandes Cuentos Chilenos del Siglo XX: todos tienen la misma calidad, ninguno sufre detrimento. Si bien el sistema cronológico es la norma preponderante en este tipo de obra, él se habría manifestado en una seria desproporción en cuanto a las épocas, las edades, las distancias que separan a unos narradores de otros. A mayor abundamiento, este proceder es el que hoy en día prevalece en los trabajos de esta índole que se editan en Estados Unidos, Europa y América Latina.
Este tomo está destinado a lo que, de manera un tanto vaga, se llama “público general” y como leeremos cuentos muy bien construidos, amenos, sencillos, asequibles, ese sector de la población los apreciará enseguida. Por cierto, se ha pensado, asimismo, en los estudiantes, los trabajadores, los profesionales, las dueñas de casa, en fin, toda clase de personas que deseen acercarse a la gran literatura chilena, ya que nada hay como descubrir un buen cuento como para querer seguir conociendo a un escritor o escritora.
Al final, hay una enumeración de sucintas biografías de cada uno de los seleccionados, que incluye sus más importantes títulos y la evaluación que la crítica chilena ha efectuado acerca de ellos.
Grandes Cuentos Chilenos del Siglo XX es, desde luego, un libro sin pretensiones académicas (aunque a las universidades o colegios les haya servido), de lectura grata, atractiva, sugerente, que ha probado ser del gusto popular –como lo atestiguan sucesivas ediciones- y que ha provocado admiración, inclusive asombro en quienes lo han leído. En otras palabras, es una ventana, a ratos entrecerrada, por momentos abierta de par en par para asomarse a la literatura del país más austral del mundo.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

eXTReMe Tracker